SANTIAGO (R. Dominicana).- La época del liderazgo único llegó a su fin en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a partir de los resultados de la elección de los nuevos miembros del comité central en el marco del congreso Norge Botello, donde la tendencia del presidente Danilo Medina salió airosa frente a la tendencia de Leonel Fernández, afirmó este lunes el politólogo Pedro Catrain.
“Las recientes declaraciones de Leonel Fernández de que no ha habido vencidos ni vencedores encierran una compleja relación de rencores, enfrentamientos, pero también de afinidades”, explica Catrain al hablar sobre el tema con 7dias.com.do
El politólogo señala que los resultados de la elección de los nuevos miembros del comité central del partido morado hay que leerlos más allá de la lógica de vencidos y vencedores. “Lo que a todas luces se ha evidenciado es el fin del PLD como un partido de liderazgo único, ahora atravesado por un proceso de homogenización de la desmesura como práctica política para obtener resultados sin observar ningún sentido ético, con el agravante de que todo esto se produce dentro de una maquinaria que mezcla política y negocios y donde las apetencias de poder y dinero han entrado en una espiral infinita”.
Aseguró que Danilo Medina demostró en las elecciones de los miembros del comité central de su partido la cara de un político ambiguo, donde no se sabe cuáles son sus rencores o su verdadero rostro.
Según Catrain, en año y medio de gobierno Danilo Medina ha producido un imaginario virtual de diferenciación con un uso intensivo de propaganda, mejor en cantidad y calidad que la de Leonel Fernández, donde el mandatario es presentado con un perfil de cercanía a la ciudadanía y con ello distinto a Fernández.
“En sus gestos se hace énfasis en la sencillez y en la ausencia de prepotencia que caracterizaron a su antecesor”, dice el politólogo al aclarar que sin embargo no hay que olvidar el trauma que significó la victoria de Medina que –precisó- costó al país un déficit fiscal de 205,000 millones de pesos.
En ese sentido, el intelectual refirió que si algo ha cumplido Danilo Medina a cabalidad en el tiempo de su ejercicio de gobierno es “el pacto de impunidad contraído con Leonel Fernández mediante el cual intercambiaron el poder con la garantía de que el déficit fiscal nunca sea develado y que los corruptos del PLD no sean sometidos a la acción de la justicia”.
Para el politólogo, lo que la sociedad ha observado y debe analizar con profundidad es que “entre Danilo Medina y Leonel Fernández no hay diferencias en cuanto a lo que los griegos consideraban el peor defecto de la acción humana, la hibris, formulada en la desmesura y la voluntad ebria de sí misma, expresada en el orgullo de estar convencido de que todo es posible, como afirma Tzvetan Todorov en su libro Los enemigos íntimos de la democracia”.
Aseguró que Danilo Medina demostró en las elecciones de los miembros del comité central de su partido la cara de un político ambiguo, donde no se sabe cuáles son sus rencores o su verdadero rostro. “Ha sido capaz de montar una poderosa maquinaria clientelar sobre el uso de los recursos del Estado tomando como eje los gobernadores provinciales y los directores de las dependencias oficiales para enfrentar los senadores leonelistas, que esta vez han sido derrotados”.
Agregó que se habla de cifras millonarias empleadas en estas primarias internas, el descaro más evidente ha sido el del director de Consejo Estatal del Azúcar que para ganar su puesto en el comité central emitió una cantidad extraordinaria de cheques de esa dependencia estatal.
Catrain entiende que lo determinante es la continuidad del PLD en el poder y en esa dirección estima que la oposición Danilo-Leonel es irrelevante. “Las componendas y los acuerdos de aposento serán lo decisivo para seguir imponiéndonos una autocracia electoral que nos está conduciendo a una dictadura de partido único. Quien ha perdido en esta ocasión es la sociedad dominicana con la malgastada calidad de nuestra democracia”.
Afirmó que la elección de los miembros del comité central del PLD ha sido un grotesco espectáculo que debería leerse como la antesala de las elecciones del 2016.
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