Miembros de más de 40 concilios e iglesias del Gran Santo Domingo
marcharon en caravana desde el parque Enriquillo hasta el Independencia,
elevando consignas como “Sodoma y Gomorra no prosperarán”, “No al
matrimonio homosexual” y “Hombre y mujer Dios los creó”.
Según expresaron algunos de los pastores que encabezaron la actividad, reconocer el derecho de los homosexuales o bisexuales supone una violación al derecho de la población heterosexual.
Con este criterio, leyeron un manifiesto en el que le solicitaron al
presidente Danilo Medina que “proteja los derechos de la familia
dominicana del bombardeo del movimiento LGBT”.
El pastor Javier Paulino, uno de los organizadores de la manifestación, sostuvo que los derechos de una minoría no pueden “avasallar” los derechos de una mayoría. “Un 4 o 5% de la población no puede imponerse y violentar el derecho de un 95 o 96%”, dijo.
Según explicó, la violación de los derechos de los heterosexuales a
que hace referencia se manifiesta cuando la homosexualidad “atenta
contra la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.
Puso como ejemplo que cuando el embajador de USA en el país,
James (Wally) Brewster, se presenta a un centro educativo con su esposo
emite “una mala señal” a los estudiantes.
Al ser interrogado sobre los derechos de la comunidad LGBT el líder espiritual planteó que es preciso diferenciar entre derechos humanos y las preferencias sexuales:
“Una cosa son los derechos y otra son las preferencias sexuales. La
homosexualidad es una cosa aprendida. No existe un gen causal que
demuestre que nadie nace homsexual. Los homosexuales lo aprenden”,
afirmó.
El líder espiritual fue drástico al considerar que la homosexualidad representa una amenaza para la raza humana. “Si el mundo se convirtiera a gay, dentro de 50 años ya no hubiera mundo. Porque no se reproducen”, argumentó.
“Inclusive se ha comprobado que los homosexuales viven cinco años menos que los heterosexuales.
Se ha comprobado que son el sector que sufre más enfermedades venéreas,
más bipolaridad y depresión. Entonces, no pueden empujar a la
población, a la mayoría, a una práctica que resulta perniciosa, dañina y
aberrante”, expresó.
Tras la afirmación indicó que, dado que es un problema de salud, la homosexualidad es un tema de salud pública.
También el obispo Nelson Luna, presidente de la Comisión Evangélica de Derechos Humanos consideró que ser gay no es un derecho, sino un estilo de vida.
Anunció que varias organizaciones cristianas iniciarán un proceso
para recoger millón y medio de firmas para declarar al embajador
norteamericano en el país como persona no grata.
“No podemos permitir bajo ningún concepto que esa práctica siga
presente y creciendo en República Dominicana. Aquí hay cerca de 2
millones de cristianos y nos mantendremos en pie de lucha, en pie de
batalla”, proclamó.
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