Un nuevo método indica si aparecerá la enfermedad en un año con un simple análisis de sangre
El grado de fiabilidad de la prueba desarrollada por investigadores británicos es del 87%
Uno de los trabajos más ambiciosos de la carrera que tiene lugar
entre la comunidad científica para la detección precoz del alzhéimer con
un simple análisis de sangre ha identificado 10 proteínas cuya
presencia determina con un una precisión del 87% si personas con
deterioro cognitivo leve desarrollarán alzhéimer en el año siguiente.
Investigadores del King’s College de Londres y la Universidad de
Oxford, junto con otros centros, llegaron a esta conclusión tras
analizar muestras de sangre de 1.148 personas. De ellos, 474 tenían ya
la enfermedad diagnosticada, 220 mostraban deterioro cognitivo leve
(DCL) y 452 eran ancianos libres de demencia.
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Un primer cruce de resultados arrojó 26 proteínas como posibles
indicadores de la enfermedad. Tras un primer proceso de selección, las
candidatas fueron reducidas a 16. En todos estos casos, se observó una
relación entre la presencia de estos marcadores con lesiones cerebrales
(contracción del cerebro) ligadas tanto a DCL como con alzhéimer.
La segunda criba, destinada a identificar los biomarcadores que están
presentes en las lesiones congitivas leves que evolucionan hacia un
cuadro de alzhéimer, limitó a 10 las proteínas finalmente elegidas.
La Sociedad Española de Neurología calcula que entre 600.000 y
800.000 personas padecen alzhéimer, aunque el 35% lo desconoce. La
patología no tiene cura y los tratamientos que se han ensayado en las
personas cuando la enfermedad ya ha dado la cara, en la fase de
demencia, se han mostrado poco eficaces. “Cuando se administran estos
fármacos, el cerebro está demasiado afectado para responder a la
terapia”, apunta Abdul Hye, del Instituto de Psiquiatría del King’s
College, y uno de los autores del trabajo.
De ahí la importancia de desarrollar nuevos medicamentos en etapas
tempranas, que puedan incidir en la evolución de la enfermedad. Pero
para ello es fundamental contar con herramientas para identificar a los
pacientes en este momento inicial, a lo que contribuyen los métodos de
diagnóstico precoz como los análisis de sangre. “Estas pruebas nos
pueden ayudar a detectar a los pacientes en etapas más tempranas y, así,
conseguir que participen en nuevos ensayos y poder desarrollar
tratamientos que puedan prevenir la progresión de la enfermedad”, añade
Hye.
En ello coincide Antonio del Olmo, neurólogo especialista en
alzhéimer del hospital Peset de Valencia. Las primeras pistas de que la
enfermedad asoma (olvidos, incapacidad de retener hechos recientes)
aparecen una media de cinco años antes del comienzo de la fase de
demencia. En estos momentos, advertir la presencia de la patología
neurodegenerativa puede ser útil no solo para desarrollar nuevos
fármacos: “También se puede tratar de frenar su avance con estimulación
cognitiva”. Además, a pesar de que no tiene tratamiento, Del Olmo
explica que cuando aparecen síntomas de demencia que pueden ser debidos
al alzhéimer, los pacientes y sus familias agradecen poder identificar
la enfermedad. “Mi experiencia es que el grado de satisfacción es
elevado, eliminas la angustia de la incertidumbre y al tratarse de una
enfermedad tan crónica permite prepararse para su evolución y anticipar
problemas futuros”.
Sus impulsores aspiran a poder comercializar la prueba en un plazo de
dos años a un precio de entre 125 y 377 euros, aunque primero quieren
asegurarse de los resultados obtenidos con más ensayos. Por ello,
pretenden repetir el trabajo con más participantes: entre 5.000 y 10.000
voluntarios.
En todo caso, si finalmente se comercializa, sería un complemento a
los métodos de diagnóstico actuales para descartar los cuadros más
dudosos. “Para diagnosticar el alzhéimer hay que partir siempre del
diagnóstico clínico y neuropsicológico”, advierte Antonio del Olmo,que
participa en cuatro ensayos de medicación destinada a tratar la
enfermedad en fases tempranas. “No se puede pensar en un producto que se
pueda comprar en farmacias, esta prueba solo estaría indicada en casos
de duda y limitada a uso clínico”.
Ya existen test de alzhéimer basados en análisis de sangre en el mercado. Por ejemplo el ADtect,
que cuesta 800 euros. Pero en este caso, “la fiabilidad es inferior y
arroja resultados de probabilidad [de desarrollar la enfermedad]”,
comenta Del Olmo.
También ha habido anuncios prometedores con una fiabilidad similar al publicado este lunes por el grupo británico en Alzheimer’s and Dementia. Investigadores estadounidenses identificaron en marzo otros 10 marcadores,
en este caso, basado en 10 lípidos presentes en la sangre, un método
diagnóstico con un margen de error también elevado, de solo el 10%. Sin
embargo, en esta ocasión se manejó un volumen de datos inferior (se
siguió a 525 septuagenarios durante cinco años).
Hasta que los análisis de sangre demuestren su utilidad, solo hay dos
formas de detectar el alzhéimer precoz; y ambas presentan serios
inconvenientes. Uno consiste en la búsqueda de proteínas (las tau o beta
amiloides con cuya acumulación en el cerebro se relacionan con la
enfermedad), pero es un método agresivo ya que se practica mediante una
punción lumbar. La otra es mediante equipos PET (tomografía por emisión
de positrones), una técnica no cruenta de diagnóstico por imagen que
muestra la formación de placas amiloides en la corteza cerebral. El
inconveniente, en este caso, es el precio: cuesta 3.000 euros cada
prueba.
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