Un grupo de personas de distintos sectores de la capital se presentó a los alrededores del Congreso Nacional para mendigar apoyo al presidente Danilo Medina y a sus funcionarios
Las mujeres y los "pica pica"
SANTO DOMINGO. República Dominicana.– “Las mujeres de los recorridos” esperaron inquietas toda la mañana bajo el candente sol hasta que los agentes de seguridad les permitieron acceder hasta la entrada del Congreso Nacional.
Venían a hacer reclamos particulares al presidente Danilo Medina o a mendigar favores a todos los funcionarios que acudieron a la sesión de la Asamblea Nacional.
“Nosotras somos Las mujeres de los recorridos´, vamos donde quiera que vaya el Presidente”, gritaban a los agentes policiales y militares que las mantuvieron a raya hasta pasado el mediodía, cuando el presidente Medina abandonó el Congreso Nacional, a donde asistió a rendir cuentas de las ejecutorias de su gestión durante 2013.
María López, María Altagracia de la Cruz, Griselda Féliz, Ramona Luna, Mercedes Soriano provienen de barrios populosos de la capital, como Guachupita y el 27 de Febrero. Todas forman parte del grupo que compite con los clásicos “pica picas” por alguna migaja de los funcionarios que pueden llegar a ser generosos en tiempos electorales.
“Mire, periodista, yo no tengo nada que ver con las mujeres de ningún recorrido. Yo vine aquí a ver al Presidente para decirle que soy dirigente del PLD y no acepto, bajo ningún concepto la cancelación de mi hijo”, gritó María Inginia de la Cruz, de 64 años de edad. “Tengo 12 hijos y al más grande me lo han cancela´o y eso yo no lo permito”, insiste.
Se refiere a Raúl Ulerio de la Cruz, despedido del Ministerio de Deportes, que encabeza Jaime David Fernández Mirabal.
Cuando doña María Inginia menciona el nombre de Jaime David Las mujeres de los recorridos aprovechan el momento y se unen en un coro: “Que cancelen a Jaime David por malo… que lo cancelen, que lo cancelen…”
“No. No, que mi importa mí que lo cancelen o que lo dejen, yo lo que necesito es que me repongan a mi hijo”, las interrumpe las señora María Inginia.
Entrega copia de una comunicación fechada el 2 de enero de este año, en la que Ana Clarilde Alberto, directora de Recursos Humanos del Ministerio de Deportes, comunica a Urelio de la Cruz, que: “de conformidad con lo establecido en el artículo 133 inciso 1 del Reglamento 523-09 de Relaciones Laborales en la Administración Pública, usted ha incurrido en abandono de su cargo, por tales motivos le informamos que ha sido desvinculado de su puesto como Encargado en la Región Oeste I, con efectividad a partir de la fecha”.
Pero, a favor de su hijo lleva una carta del presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto (FEDOMBAL), Rafel F. Uribe, dirigida a Fernández Mirabal el 13 de febrero para pedir la reposición de Ulerio de la Cruz, quien “se desempeña como Entrenador de baloncesto, asignado al Club Deportivo y Comunitario de Buenos Aires, Herrera Santo domingo Oeste”.
Cuando al final de los actos oficiales de rendición de cuentas en el Congreso Nacional la señora María Inginia pudo entrar a gritar sus problemas a los funcionarios, se encontró de frente con la prisa del presidente del Comité Olímpico Dominicano, Luis (Luisín) Mejía, quien se subía a su jeepeta gritando que con él perdían su tiempo.
Otro que aguantó sol en espera de poder ver al presidente Medina fue el señor José María Valerio Gómez, de 56 años de edad, quien asegura que padece de cirrosis hepática que los médicos le diagnosticaron hace años y requiere una ayuda de RD$6,000 al mes para medicamentos y RD$20,000 para comprar alimentos, como lo explica en una carta que ya depositó en el Palacio Nacional sin ninguna respuesta. Explica que pertenecía al Ejército, de donde lo cancelaron y ahora carece incluso de un seguro médico.
También Antonia Michelli, una profesora de un colegio, llevó un cartel para pedir al mismo presidente Medina que ayude a recuperar la salud a su amiga Ivelise Mejía Gómez, una mujer que reside en la calle Eusebio Manzueta número 3, del sector María Auxiliadora. Según cuenta, tiene el vientre hinchado y requiere de asistencia médica urgente.
“Ella era mi compañera de estudio”, decía con lágrimas en los ojos. Asegura que acudió al entorno del Congreso Nacional con la esperanza de ver a Medina porque “nada es imposible en la vida”. Cuenta, como una hazaña, que una vez conversó con el presidente Joaquín Balaguer (ya fallecido) a quién incluso acarició las manos y… “las tenía muy delicadas”.
“Yo hablé con Balaguer el 12 de mayo de 1986. Lo puede atestiguar el general Pérez Bello (Luis María) y dos de las secretarias de Balaguer que estuvieron ahí conmigo”, recuerda.
Después que el presidente Medina se marchó del Congreso Nacional, tras unas detonaciones de salvas que alocaron unas cuantas palomas y llenaron de un humo blanco el entorno, “Las mujeres de los recorridos” y los “picas picas” trataron de pescar entre los funcionarios que salían de la zona apresurados en sus jeepetas.
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