"La evangelización de los jóvenes es la misión que el Espíritu Santo
os ha confiado y esta evangelización está estrechamente relacionada con
su educación: el camino de la fe se deriva del crecimiento y el
evangelio enriquece la madurez humana", dijo el pontífice.
"Es necesario preparar a los jóvenes para trabajar en la sociedad
como agentes de la justicia y la paz. Os corresponde a vosotros hacer
uso de ideas y enfoques pedagógicos y culturales, para superar la crisis
educativa actual", añadió.
A la audiencia asistió el nuevo Rector Mayor de los salesianos, el
español Ángel Fernández Artime, elegido el pasado 25 de marzo en
sustitución del mexicano Pascual Chávez, y al que el pontífice dedicó
unas palabras.
"Auguro que el nuevo Rector Mayor y el Nuevo Consejo General sabrán
seguir guiando, acompañando y sosteniendo a la congregación salesiana en
este nuevo camino", dijo.
El papa comenzó la audiencia recalcando los dos principios sobre los
que se sustenta la orden de Don Bosco, "el trabajo y la templanza":
"trabajo para el bien de las almas -dijo-, superando la tentación de lo
mundano y templanza en el sentido de ser comedidos, de ser sencillos".
Además, Jorge Bergoglio recordó que el próximo año 2015, que estará
dedicado a la vida consagrada, dijo, "será el momento para presentar a
los jóvenes la belleza (de vivir al servicio de Dios), evitando visiones
parciales -advirtió-, para no suscitar respuestas vocacionales
frágiles, apoyadas en razones débiles".
El pontífice reiteró en diversas ocasiones la necesidad de ayudar a
los jóvenes que se encuentran en paro, viven en zonas marginales o
sufren algún tipo de adicción, e instó a la orden de los salesianos a
trabajar con ellos con "coraje, madurez y mucha oración".
El papa Francisco terminó su alocución recordando "la importancia de
trabajar como una comunidad religiosa, y no como individuos aislados,
huyendo del individualismo y de la dispersión".
"Rezo por vosotros, y por favor, rezad vosotros por mí", se despidió.
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