Los retos de la comunicación cada día son mayores, la sociedad espera
de ella que le proporcione los saberes, haceres y valores que les
permitan poder entrar en una etapa de transformación en concordancia con
el momento en que vivimos, la gente espera de los medios, que la agenda
informativa les proporcione conocimiento de temas que son incidentes en
el quehacer cotidiano, en ese sentido, la tendencia es ir incorporando y
transfiriendo conocimiento de temáticas que son sustanciales y que hoy
están en el ojo del huracán, en los planos social, político y económico
del mundo.
Los medios y los productores de información y de comunicación, cada
día adquieren un compromiso de mayor envergadura con la sociedad, la
gente espera de ellos que lo publicado día a día sirva como referente,
no solo para adquirir conocimiento, sino para poder ponerlo en práctica y
que contribuya a un pensamiento propio y a una toma de decisión más
razonable.
En un mundo lleno de tantas situaciones y de problemas de diferente
índole, adquiere más relevancia la información y la comunicación, es
aquí donde se presentan los grandes desafíos, solamente me referiré a
uno de tantos retos que tienen los medios y los comunicadores sociales:
¿Cómo transferir la información? ¿Cómo comunicar situaciones de riesgo?
En todo caso, se trata es proveer de la información necesaria y oportuna
que permita a la gente tomar las precauciones necesarias para evitar
situaciones que lamentar.
Se plantea que para llamar la atención de su público --y más
importante aún, ganar su confianza--, se debe comunicar e informar los
resultados científicos de forma clara y precisa, lo que muchas veces
significa traducir el contenido de un artículo científico, de una
exposición o de una conferencia de prensa en un lenguaje comprensible
para el público en general.
A veces, el público no entiende nada de lo que se informa, porque
solo se repite lo que el especialista ha dicho, con los mismos términos
científicos y técnicos del tema. En un país como Nicaragua, altamente
vulnerable a los diferentes fenómenos naturales, se torna necesario que
los comunicadores sociales traduzcan a un lenguaje más sencillo dichos
temas, y que, verdaderamente, les sean de mucha utilidad a las personas.
Por otro lado, cuando se aborda el tema de los fenómenos naturales
desde los medios, es necesario conceptuar en qué consiste el riesgo
absoluto y el riesgo relativo, para que la población pueda identificar
la magnitud del riesgo.
En el caso de Nicaragua, todos sabemos del alto grado de sismicidad
del país, el riesgo absoluto no es más que la probabilidad de que ocurra
un terremoto en cualquier momento, es por eso que las autoridades, cada
vez que hay un índice de esta naturaleza, activa todos los recursos
humanos y técnicos que posee, para que el riesgo sea relativo. La
tendencia es convertir los riesgos absolutos en relativos.
A manera de ejemplo, si un grupo de personas viven a orilla de un río
o cauce, el riesgo es absoluto, si no lo dejan que se asiente en ese
lugar el riesgo es relativo. El uso del riesgo absoluto o relativo
puede crear dos imágenes sustancialmente diferentes, de un mismo riesgo.
Los comunicadores y los medios deben ayudar a su público a comprender
esta situación, ese es una de tantos retos que tienen la comunicación,
la información, los periodistas y los medios de comunicación.
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